lunes, 13 de abril de 2009

Una pausa para respirar y fotografiar mariposas


Hay que parar.

A Puerto Nariño le dicen el Pesebre del Amazonas. Es un lugar hermoso y tranquilo. Y allí encontramos dos angelitos guías que nos llevaron a recorrer con la tranquilidad de sus ojos todo el lugar.

Es buen lugar para hacer un pare y celebrar que han vuelto las palabras, tejidos de letras y compaces de espera. Que han vuelto las palabras que se habían quedado sin lugar.

Ese es un lugar como para dedicarse a escribir de la manera en que lo hacía mi abuelo. Con pasión y pausa, sin afán, encontrando en cada verso resuelto o en cada párrafo terminado un punto de llegada.

No hay que esperar tanto a veces...

Una mujer con sonrisa de payasita dejó hace poco este mensaje... la vida no te enseña lo que no necesitas aprender... Hay que ser paciente para poderlo entender. Pero un lugar como Puerto Nariño promovió en mi la construcción de la paciencia. (Bueno... al menos un poquito!!).

1 comentario:

Juan Martínez Borrero dijo...

Rocío, gracias por compartir con nosotros tus letras y tus fotografías.
Desde Cuenca añoramos la selva tan cercana y a la vez tan distante. Llegar desde mi casa a los grandes ríos toma no menos de seis horas, para unos escasos 200 kilómetros. Pero la distancia es enorme...

 
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