jueves, 21 de julio de 2011

Esta es otra historia basada en el mismo viaje

Día 2. 

Y este día iba a ser descrito hace muchos días pero no pude hacerlo, así que las percepeciones que tengo ahora son distintas. Si ni siquiera al terminar ese día no hubiera podido dar cuenta de él, de manera objetiva, como a tantos les gusta, ahora, tantos días después tengo solo una narración de lo que viví, que no es de ninguna forma el discurso completo. 

Una camioneta con techo plástico y posibilidades de ventilación al subir o bajar los plásticos laterales del platón, este último fue el lugar de la camioneta en el que hice el trayecto.

Una serie de personas desconocidas que se animaron por muy diversas razones a hacer ese mismo trayecto, ese mismo día, pero ninguna y allí me incluyo, que hubiera tenido del todo claro hacia dónde iba, qué se iba a encontrar o por qué estaba haciendo ese recorrido. Ya estando en San Agustín, recorrer lo que allí llaman el anillo turístico parece indispensable... un día después nos enteramos que hay otro anillo turístico, menos promocionado, que sonaba muy interesante y al que no hubiera podido ir porque incluye caídas de agua en vivo y en directo, y mis ojos aún no terminaban de recuperarse, pues aún no cumplían seis meses de la cirugía. 

El camino es de tierra... el pantalón negro iba gris, la sensación de sed invadía la garganta, el cabello estaba seco... el camino era de tierra. Si hubiera sido un día lluvioso tal vez entre ese montón de lodo habríamos tenido dificultades pero fue un día soleado y el único problema fue de la cantidad de tierra que tuvimos que respirar.

Parques arqueológicos, mucho más pequeños que el principal de San Agustín; saltos de agua que desde la distancia parecen recintos mágicos de energía universal, caminos desconocidos que llevan a poblaciones alejadas que tratan de aprovechar el turismo para vivir; y elpequeño estrecho del gran Río Magdalena, allí cerquita de su punto de nacimiento, donde parece increíble entender cómo llena de vida a la mitad de mi país (donde parece increíble entender, cómo lo hemos llenado de contaminación, cómo lo hemos ido matando de a poco). 


Ya no más silla, ya no más tierra, ya no más fotos, ya no más paisajes.... Un bar desolado en medio de una cabalgata nocturna en donde había más licor que caballos. Y la gente de fiesta en medio de las calles de San Agustín. (Pasada la media noche ya no había fiesta, ¿serán rezagos de la falta de control cívico debido a.... tantas cosas que han pasado?).

No fue un viaje hacia ninguna parte pero habría podido serlo. Aún cuando no conoces el destino puedes atraverte a dejarte sorprender por la ruta para luego disfrutar la meta.

Y como banda sonora

No hay comentarios:

 
Creative Commons License
This work is licensed under a Creative Commons Attribution-Noncommercial-Share Alike 2.5 Colombia License.