Siempre te preguntabas
por qué no era más real lo que decían mis ojos
que lo que sentenciaban mis palabras.
Siempre me pregunté
por qué no era mas cierto lo que prometían tus palabras
que lo que pasaba en tu vida.
Ya conociendo la inconsistencia
no hacíamos preguntas
y procurabamos menguar los silencios.
Y no fue suficiente
mi mirada se impuso
al igual que tu vida
y llegó pausado pero definitivo, el final.
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