Encuentro que hay mucha gente sin oficio como yo,
o quizá con el mismo oficio.
Gente sin oficio como yo
sentada en un parque para ver como se transforma una nube
hasta que llega a desaparecer,
escuchando cómo canta y calla el mar
cuando llega a su orilla,
sintiendo el frío de la brisa
en los poros de la piel.
Gente sin oficio como yo
sacando fotos a la luna llena,
media luna, luna nueva...
esforzándose por ver el sol
cuando amanece,
y asomándose tras la ventana
para ver el último rayo de luz antes de anochecer.
Gente con mi mismo oficio
cantando indefinidamente una misma canción
repitiendo un coro o un poema,
escribiendo en colores diferentes las mismas ideas
leyendo ideas diferentes
escuchando voces que se repiten,
que se narran, que se replican,
que se contrarían, que se quieren,
que se quieren saber.
Gente como yo
que todavía no se sabe.
Que se pregunta y no se pregunta,
que no responde,
que no quiere saber
que no se quiere saber... todavía.
Gente que se desencuentra cuando se busca
y que esta ahí, sin preguntar.
Gente llena de instantes,
gente sin oficio
o con oficio,
gente con deseo
de ser -otra vez, y otra vez, y otra- feliz.
Acompañada de té de vainilla con caramelo y galletas de canela.
