miércoles, 24 de agosto de 2011

¿Te lo mando con el mensajero?

Y el beso ¿te lo mando también con el mensajero? (con el primer respiro de un texto... pero sin tiempo)

Una ruta desconocida a media luz. 
Un silencio que pretende ser canción.
Una historia que no existe, pero que quiere ser contada.
Un mensaje sin respuesta ni razón. 

Al viento ahora que no hay mensajero, esperando que quizá puedas recibirlo...
Ahora que te has ido, y que no hay más silencios rotos
tengo en medio del corazón
un latido misterioso que no me corresponde
es el eco de tu voz.

Entonces supongo que espero que vuelvas 
aunque no vaya a mirar atrás.
Espero repetirte, pero no voy a decirlo
-dice Kundera que la felicidad es el deseo de repetir-
solo recuerdo que te quiero
que te quiero una y otra y otra vez
y otra y otra más.

Ya no habrá más envíos ni mensajes
porque me temo que mis besos, se los quedó el mensajero.

-Y la banda sonora de la que piensa mientras siente y se (d)escribe. 




Y el tercer día, el día final

Día 3. 

El tercer día fue el día final... en el que de alguna forma hay que recuperar el mundo real, ese que se queda atrás cuando se va de viaje a cualquier lugar sin saber a dónde va a ir a parar ni cuáles serán los pasos que se caminarán.

Fue ya hace bastante ese tercer y último día, pero no puedo avanzar en las nuevas palabras sin cerrar esas viejas. No puedo dar los nuevos pasos sin terminar de pisar los caminos iniciados. No se puede, porque no hay omnipresencia, estar aquí y allá... pero a veces se quiere.

Vistantes esporádicos como las mariposas en las flores.

De otro lado, aunque el cuerpo no puede, el corazón sí desarrolla esa habilidad de estar en una parte y en ninguna, de estar en una parte y en todas, de no estar estando y de no ser de vez en cuando.

El corazón es de otro cuento, es otra historia.

El corazón recibe visitas inesperadas, lo complejo no está en los visitantes sino en la capacidad de recibirlos. Pero ya lo he dicho, esta es otra historia que no puede ser aquí contada, una historia a la que le sobran nudos pero le faltan inicios y desenlaces, que cuando me encuentre podré poner por aquí. 

No puedo recuperar la banda sonora de la despedida, entonces dejo esta del momento en que el mundo se abre para poder darle la vuelta. 

 
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